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Utilizar cualquier tipo de cosmético para maquillar el rostro o embellecer otras partes del cuerpo no siempre es saludable si no se utilizan los productos adecuados propios de la cosmetología y dermofarmacia.
Muchas mujeres, y hoy en día también gran parte de los hombres, recurren en mayor o menor medida a productos cosméticos para el cuidado y embellecimiento de su piel. Pero no siempre estos productos están avalados realmente por una empresa de calidad que garantice a sus usuarios la aplicación de una combinación química adecuada, adaptada a los parámetros indispensables que deben cumplirse en cosmetología y dermofarmacia.
Los consumidores de productos cosméticos son fieles a su utilización, y por ello precisamente quieren que éstos sean lo más adaptables posible a cada tipo de piel. Además, hay que tener en cuenta que en cosmética existe una amplia gama de productos que cubre necesidades de belleza y cuidado de la piel para distintas horas del día, diferentes edades y con diferentes aplicaciones dependiendo de si se trata de cuidados protectores de la piel únicamente, maquillaje más suave e informal, maquillaje para distintos tipos de eventos, etc. Esta gran demanda en cosmética hace que las empresas elaboradoras de estos productos (cremas, maquillaje y esmaltes, entre otros), necesiten contar con profesionales especializados en cosmetología y dermofarmacia para atender a las necesidades del mercado cosmético, cumpliendo unas condiciones médicas obligatorias que prevengan a los consumidores de posibles alergias, así como de problemas de pigmentación e higiene en la piel.
Lejos de conocer únicamente las aplicaciones que pueda tener la cosmética en sí, el especialista en cosmetología y dermofarmacia debe estar también al tanto de las técnicas y conocimientos dermatológicos que necesita la elaboración de cada producto cosmético, así como el instrumental que conlleva y la interacción entre compuestos químicos para generar un cuidado real, al mismo tiempo que el resultado cosmético deseado por el consumidor.
Los profesionales especializados en cosmetología y dermofarmacia saben además qué tratamiento es el correcto para cada persona que consuma estos productos, pues deben medir sus condiciones de salud, las de su piel, y recomendar el plan más adecuado para prevenir problemas en la piel como pueden ser las manchas, la celulitis, el acné o las coloraciones, entre otros. La cosmetología y dermofarmacia busca y pone en marcha, además, tratamientos regeneradores y de rejuvenecimiento de la piel a través de las técnicas de salud más avanzadas.
Dentro del campo de la cosmetología y dermofarmacia son comunes tratamientos de aplicación muy solicitados, como por ejemplo la limpieza de cutis, el peeling, los pulidos faciales y corporales, la acupuntura, la quiropraxia, el botox, la hidratación de la piel, y muchos otros procedimientos de salud y estética que necesitan contar con un preparado farmacéutico de productos cosméticos debidamente homologados.
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Otro punto importante en la cosmetología y dermofarmacia que deben tener en cuenta los profesionales, es la conservación y distribución de estos productos, así como su venta dentro del sector farmacéutico, por lo que la cosmetología y dermofarmacia supone un campo con infinidad de posibilidades laborales en ámbitos como elcomercial, químico, terapéutico, estético, dermatológico y farmacéutico.
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